sábado, 11 de junio de 2011

Realidad.

Ver morir a tu propia dignidad...
Tranquila. Todavía te quedan la humillación, el desprecio, la inocencia y la -realidad-.

domingo, 5 de junio de 2011

Cuando ya no queda nada en lo que creer.

Mátame. Ya no soporto esto, ¡no lo puedo soportar más! El lugar en el que vivo ya me ha mostrado la cruda realidad, donde sólamente hay un lugar en el que puedas descansar en paz. En cambio, aquí no hay nada más que mentiras. Zorras. Falsas. Malas personas. Personas que viven deseando morir. Todo esto es tan triste... ¡MÁTAME! ¿¡En qué coño nos hemos convertido!? No sé qué pensar de todo esto, no sé en qué creer. Vivo con los ojos vendados, pero, poco a poco la venda se ha ido rompiendo. Ya está. Ya lo he visto. Ya he visto el lugar en el que vivo. Un continuo infierno.

¿Podrías describirla?

¿Qué sientes cuando los brazos de la persona que quieres están rodeando la cintura de otra persona delante de tus húmedos ojos? ¿Podrías describir esa sensación?

lunes, 23 de mayo de 2011

Harta de mí misma.

No sonrío por gusto. No, no estoy bien. Me siento muerta. Me siento una niñata inocente y humillada. Harta de llorar, harta de vivir, harta de todo, harta de mí misma.        

My dying heart.

Veo tu foto. Y sonrío. ¿Qué? ¿Sonrío? ¿Por qué? Porque aquellos fueron los días más felices de mi vida. Cuando la masa de mis problemas se iba disolviendo hasta hacerse aire. Dos días después, esa masa, de repente se ha vuelto más consistente, hasta el punto en que ya no quiero vivir. No quiero llorar. No quiero sangrar. No quiero estar así. No quiero gastarme el dinero en antiojeras y antidepresivos, así como no quiero gastar tu tiempo haciéndote escuchar mis estupideces de suicida. No quiero nada, pero no tengo otro remedio. ¿Lo único que funciona medianamente? Esconder lo que siento y llorar sola. Sonreír pase lo que pase, y llorar hasta que de mis hundidos y húmedos ojos no pueda salir otra cosa que carmesí. Soy una persona joven sin ilusión por vivir, porque todo mi ser se derrumbó aquel día... Me gustaría que, aunque te importe una mierda, sepas que sangro. Lloro. Sufro. Me muero. Por tí. Mira. Observa mi actitud. Mis ojeras. Mis gritos. Mi crisis. Mi agonía. Mi sufrimiento. Mis cortes. Escucha llorar a mi corazón muerto y destrozado.



domingo, 22 de mayo de 2011

Que sea tan triste que sólo con decirlo den ganas de morirse.

No sé de qué mierdas me sirven estas estúpidas lágrimas. Mi vida es una mentira continua. "Sí, no me pasa nada." "Que sí, estoy bien." "Nada, esque me... Me caí."
¿Por qué no acabo con todo esto? Ya no vivo. Fingo que vivo, porque parte, gran parte de mí ya está muerta. No entiendo por qué tus amigas dicen que siempre van a estar ahí y todo eso, si es mentira. Si de verdad se preocupasen por tí dejarían que dijeras en voz alta todo lo que sientes, por muy triste, macabro y desalentador que sea. Que sea tan triste que sólo con decirlo den ganas de morirse. El caso es que soy una esgoísta. Dios me ha dado una vida y la estoy desperdiciando de esta manera. Y qué cojones le voy a hacer si no encajo en este mundo. Quiero ser invisible. Quiero ser algún alma perdida en un bosque oscuro. Quiero ser niña otra vez. Quiero irme de aquí. No quiero molestar a nadie más con mis pensamientos extremistas. No quiero desperdiciar como una zorra inocente que soy esta vida, que cualquier otro podría estar disfrutando.
Me muero.





Solo.

Hay veces en las que es mejor estar solo. Porque nadie puede comprenderte, nadie quiere comprenderte. Y tus estúpidas e einservibles lágrimas son la única compañía que te queda, recorriendo las mejillas de un ser tan inocente y repugnante como tú. ''Anda niñata, si no entiendes nada,¿por qué no te vas a tu casa a jugar con las Barbies?'' Es lo que continuamente oigo en mi cerebro. Y le contesto: Pues sí, me encantaría volver a ser pequeña otra vez y que mi única preocupación fuera el pelo de mis muñecas. No entiendo, no lo entiendo. ¿Quién soy? Mejor dicho, ¿qué soy...? Agh. No merece la pena, no merece la pena desperdiciar la vida como lo estoy haciendo. ¿Para qué? ¿Para ser una fingida rota por dentro y falsamente alegre por fuera? No, gracias. Prefiero estar ahí arriba, donde no moleste a nadie ni nadie pueda hacerme daño... O ahí abajo, más apto para mí. ''¡Hala, mira lo que ha escrito, es una suicida! jajaja''. Puede que en un tiempo la gente deje de recordarme como una suicida y me recuerde como la chica que encontró la manera de dejar de sufrir. ''Jajaja, mira qué tonta es, ¡pero qué dice...! Dios... Creo que mi cuerpo ya no se tiene en pie.