lunes, 23 de mayo de 2011

My dying heart.

Veo tu foto. Y sonrío. ¿Qué? ¿Sonrío? ¿Por qué? Porque aquellos fueron los días más felices de mi vida. Cuando la masa de mis problemas se iba disolviendo hasta hacerse aire. Dos días después, esa masa, de repente se ha vuelto más consistente, hasta el punto en que ya no quiero vivir. No quiero llorar. No quiero sangrar. No quiero estar así. No quiero gastarme el dinero en antiojeras y antidepresivos, así como no quiero gastar tu tiempo haciéndote escuchar mis estupideces de suicida. No quiero nada, pero no tengo otro remedio. ¿Lo único que funciona medianamente? Esconder lo que siento y llorar sola. Sonreír pase lo que pase, y llorar hasta que de mis hundidos y húmedos ojos no pueda salir otra cosa que carmesí. Soy una persona joven sin ilusión por vivir, porque todo mi ser se derrumbó aquel día... Me gustaría que, aunque te importe una mierda, sepas que sangro. Lloro. Sufro. Me muero. Por tí. Mira. Observa mi actitud. Mis ojeras. Mis gritos. Mi crisis. Mi agonía. Mi sufrimiento. Mis cortes. Escucha llorar a mi corazón muerto y destrozado.



No hay comentarios:

Publicar un comentario