domingo, 22 de mayo de 2011

Solo.

Hay veces en las que es mejor estar solo. Porque nadie puede comprenderte, nadie quiere comprenderte. Y tus estúpidas e einservibles lágrimas son la única compañía que te queda, recorriendo las mejillas de un ser tan inocente y repugnante como tú. ''Anda niñata, si no entiendes nada,¿por qué no te vas a tu casa a jugar con las Barbies?'' Es lo que continuamente oigo en mi cerebro. Y le contesto: Pues sí, me encantaría volver a ser pequeña otra vez y que mi única preocupación fuera el pelo de mis muñecas. No entiendo, no lo entiendo. ¿Quién soy? Mejor dicho, ¿qué soy...? Agh. No merece la pena, no merece la pena desperdiciar la vida como lo estoy haciendo. ¿Para qué? ¿Para ser una fingida rota por dentro y falsamente alegre por fuera? No, gracias. Prefiero estar ahí arriba, donde no moleste a nadie ni nadie pueda hacerme daño... O ahí abajo, más apto para mí. ''¡Hala, mira lo que ha escrito, es una suicida! jajaja''. Puede que en un tiempo la gente deje de recordarme como una suicida y me recuerde como la chica que encontró la manera de dejar de sufrir. ''Jajaja, mira qué tonta es, ¡pero qué dice...! Dios... Creo que mi cuerpo ya no se tiene en pie.



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